¿Nacemos con la verdad o la construimos con la experiencia?
- claraesantiago306
- Sep 17
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¿Nacemos con la verdad o la construimos con la experiencia? Esta ha sido una pregunta con mucho valor desde la filosofía antigua. Platón nos dice que el ser humano nace con la verdad dentro de sí, y que aprender es solo recordar esas ideas eternas que existen en un plano más allá de lo sensible. Por otro lado, Aristóteles piensa que el conocimiento se forma a través de la experiencia y la observación del mundo, yendo de lo más concreto a lo universal. Estas dos perspectivas muestran dos formas de visualizar y pensar de dónde viene nuestro conocimiento: recordando lo que siempre estuvo en nosotros o formando conocimiento a partir de la vivencia y la práctica. Hoy en día, si miramos la ciencia, la educación y hasta la arquitectura, se puede defender mejor la posición aristotélica.
La primera razón es que todo lo que sabemos hasta ahora se basa en las experiencias que hemos tenido. Por ejemplo, la ciencia avanza porque se hacen pruebas, se experimenta y se corrigen errores. Si la visión de Platón fuera verdad, bastaría con recordar la realidad, pero, hablando realísticamente, la historia del conocimiento demuestra que cada descubrimiento ha sido fruto de observar el mundo y poner a prueba las ideas. Lo mismo con la educación: un estudiante aprende matemáticas porque estudia, practica y aplica, no porque nació con esas verdades escondidas en su interior. La experiencia es lo que nos abre el camino del conocimiento.
La segunda razón aparece cuando pensamos en la arquitectura y en lo que se llama una construcción orgánica. Una estructura no surge de una simple idea, sino de estudiarla, analizarla y experimentarla, ya sea con materiales, espacios o necesidades del mundo. Por ejemplo, Gaudí no solo diseñaba desde un ideal abstracto, sino inspirándose en la naturaleza y en la manera en que los cuerpos habitan el espacio. Esto contribuye a la visión de Aristóteles, ya que él decía que la esencia está en las mismas cosas. La arquitectura muestra que el sentido de un edificio orgánico no está en una verdad externa, sino en la experiencia de vivirlo y en la forma en que dialoga y se conecta con su alrededor.
Por estas razones, la visión de Aristóteles explica mejor nuestro conocimiento sobre la realidad hoy en día. Tanto en la ciencia como en
la educación y en la arquitectura, aprendemos no porque recordemos verdades que ya existían, sino porque exploramos, analizamos y construimos significados desde la experiencia. Platón aporta la idea de que hay un valor eterno en el conocimiento, pero la práctica humana lo contradice enseñándonos que la verdad se construye paso a paso. Así, igual que en una estructura orgánica, el conocimiento no es un recuerdo fijo, sino un espacio en nuestras mentes que se abre con la experiencia y nos permite habitar y tratar de comprender la realidad.


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