Materia y espacio: el equilibrio que da vida a la arquitectura

En la arquitectura, existen diferentes sistemas que permiten entender cómo se diseñan y construyen los espacios. Estos son dos de los más importantes: el sistema material y el sistema espacial. El sistema material se refiere a los elementos físicos que componen una estructura, mientras que el sistema espacial trata sobre cómo se organizan y se viven esos espacios. Ambos deben trabajar juntos, ya que los materiales ayudan a crear el espacio y el espacio da sentido al uso de los materiales.

Al sistema material se le aplican todos los recursos que se utilizan para construir: el cemento, la madera, el metal o el vidrio, entre otros. Cada material cumple con una función estructural y, a la vez, influye en la apariencia y el ambiente que el arquitecto quiera darle al lugar. Por ejemplo, el vidrio deja pasar la luz y hace que los espacios se sientan más amplios, mientras que la piedra transmite solidez y peso. Gracias al sistema material, los arquitectos pueden crear obras duraderas y, a la vez, atractivas.

Por otro lado, el sistema espacial se concentra en cómo se organizan y se conectan los distintos ambientes dentro de una estructura. Este sistema define el recorrido, el tamaño y la conexión entre las áreas. Por ejemplo, un espacio abierto te brinda libertad, mientras que uno cerrado te brinda privacidad. Los arquitectos utilizan el sistema espacial para que las personas se sientan cómodas y para que el lugar funcione de manera práctica y armoniosa.

En conclusión, el sistema material y el sistema espacial son dos sistemas de gran importancia en la arquitectura. El primero le da cuerpo y textura a las estructuras, mientras que el segundo define cómo se viven los espacios. Cuando ambos sistemas se combinan de una forma equilibrada, el resultado son edificios funcionales y agradables. Juntos, hacen posible que la arquitectura sea tanto física como emocional.